Hay muchos factores que condicionan nuestra percepción: la cultura, la familia, la infancia, las experiencias, entre otros. En forma de creencias limitantes y mayoritariamente de forma inconciente, estos influyen en nuestro comportamiento hacia nosotros mismos y nuestras relaciones de pareja, familiares y laborables. Otro aspecto muy importante también es la relación de estas creencias con nuestro cuerpo. Hay creencias que nos hacen vivir un alto grado de estrés y al final este acaba apareciendo en nuestro cuerpo en forma de síntoma.